martes, 18 de junio de 2013

Artículo de opinión.


¨ Nunca con Cristo¨
Desde el inicio del cambio social en 1959, el gobierno castrense cubano decidió la preferencia de la confraternidad religiosa con las religiones yoruba, abakuá, vudú y todo lo que identificara a África. Todas de cortes anticrísticos.
Ahora, luego de más de cincuenta años, pacta con la Iglesia el destino de más de una decena de cubanos, con el objeto de su destierro hacia otros países, como consecuencia de su evidencia  que paradigman el descontento social.
Con  el peso  social de la Iglesia en la contemporaneidad a nivel mundial y su consecuente poder de crítica y denuncia, esta se convierte en una fuerza mediática poderosa para la opinión pública, ya que su atención a los pueblos difiere siempre de las políticas gubernamentales, atrayendo al amor humano, al que muy pocos pueden renunciar. Luego entonces, no verse como Satanás es una buena estrategia para quien elige posiciones sociales.
Como avalan las Escrituras, Jesús en su testimonio, como testamento para el Hombre expresó: ¨… el que no está conmigo es porque está contra mí ¨. Este veinte de mayo pasado, la visita del funcionario Miguel Díaz-Canel a la Asociación Cultural Yoruba de Cuba en La Habana, demuestra con firmeza la elección gubernamental de esta aceptación de fe, hasta ahora negada tantas veces y sin embargo siempre aplaudida.
A estas religiones sí se les dieron las posibilidades sociales que les fueron negadas a otras y con ello fueron las elegidas para confraternizar cuando de relaciones con la religión de tratase. Llegando al extremo de no reconocer ni tan siquiera hoy en día a otras Iglesias cubanas, que existen en la práctica del cristianismo y que esperan todavía hoy por la posibilidad de su legalización.
Las Iglesias históricas cristianas de más peso internacional, han sido aceptadas desde los comienzos de esta pesadilla nacional porque caen por su propio peso, pero las minoritarias que pretenden una nueva inscripción oficialista como organización religiosa no tienen posibilidad.
Miguel Díaz-Canel confirmó con su visita a la Sociedad Yoruba ¨…la colaboración y el aporte… ¨ que puede  hacer esta religión al gobierno de la isla. Y añadió ¨… cuando uno ve los símbolos de esta Asociación aprecia que tenemos los mismos propósitos e intereses.
Si se tiene en cuenta el porcentaje de confesiones cristianas de los gobiernos en el mundo, vale la pena preguntarse, ¿porqué el de Cuba prefiere las religiones africanas? ¿Por qué no con Cristo?
Es indiscutible que las bases para esta elección pueden encontrarse muy bien en la naturaleza espiritual de quién elige. La forma en que ha convivido el ciudadano de a pie durante cinco décadas seguidas constituye un duro testimonio propio, de que el subdesarrollo social sin justificaciones que sumerge a la isla no puede esconder a los culpables.
Suprimieron la ley cristiana como culto público para propagandizar otras que no establecieron valores éticos de comportamiento humano en ningún sentido, pues solo se logró el aumento de la delincuencia comunal. Las religiones africanas carecen de una tradición escrita en cuanto a la formación de valores. Estas emplean tradiciones orales que no forma parte de la memoria ortográfica.
La bondad y la piedad del entorno cristiano han inspirado a la conversión de individuos sin contacto con la civilización en otras partes del mundo, alejados del conocimiento científico urbano, a seres degenerados humanamente en un momento de sus vidas e inclusive a hombres que ya poseen otra religión y se convierten a esta, ¿porqué  no convertirá a los dueños-propietarios de isla?