¿Con qué derecho?
Desde el 27 de octubre, sitios independientes con temáticas de la sociedad cubana actual, como son Cubita Now y Diario de Cuba, reportan acerca del agravio sufrido por un joven cubano, radicado en Chile, que asistió a los Juegos Panamericanos, efectuados en Santiago, su capital.
Según estas fuentes y declaraciones de la propia víctima, de los integrantes de la Delegación Cubana que se encontraban en el lugar, el primero en atacarlos fue el chofer. Seguido de otros, hasta llegar a Mijaíl Lopéz, quién se olvidó de su condición de Triple Campeón Olímpico, representando a Cuba en la Lucha Grecorromana, y este le propinó una cachetada al joven en el rostro.
El hecho ya está presente. Pero… ¿con qué derecho?
Infundir y fomentar la intolerancia es un camino bien difícil que lamentablemente la sociedad cubana ya transitó en el pasado. Tirarle huevos y agredir a una persona porque piense diferente, es en franca aptitud: una maldad. Y el único responsable y beneficiado de esta situación ha sido el gobierno regente cubano.
Subrepticiamente y bajo la diabólica y malévola premisa de ¨divide y vencerás¨, se fragmentó la unidad familiar de muchos núcleos en Cuba. Que a día de hoy, dependen económicamente de esos ¨de los que se fueron¨, de una forma bien lastimosa. Hasta eso se le debe a este tipo de gobierno. La separación de muchas familias en Cuba, se indujo y efectuó bajo la egocéntrica mirada gubernamental.
¿Con este tipo de política el gobierno cubano puede ser referente en América Latina como lo pretende?
Para colmo de males, en la magna cita, el destacado deportista olímpico no se encontraba allí solo. La Delegación tenía otros componentes. Sin embargo, ¿cómo es que no hubo una sola persona con la más mínima ética, que evitara semejante conducta marginal en ese momento?
Al respecto a este tema, el régimen asegura que tiene planeado como estrategia reconciliarse con su emigración, que se encuentra en diáspora por el mundo. Pero, en su sistemática promoción de la intolerancia como estrategia, ¿podrá hacerlo?
Como consecuencia de lo ocurrido, ahora la conducta de la Delegación cubana ofrece ¨en bandeja de Plata¨ la oportunidad de ser juzgada. En más de una ocasión ha ocurrido porque los deportistas desertan, en otras porque la intolerancia y la intransigencia hacen su trabajo en los que la conforman, en fin … que es una situación problemática dónde quiera que llegan.
Pero no puede generalizarse a todos en esa negatividad. Porque afortunadamente, el ex pelotero pinareño, José Ariel Contreras, legendario campeón de Las Grandes Ligas, declaró con razón desde el punto de vista profesional al portal Swing Completo que: ¨… hasta ese momento respetaba a este notorio deportista¨.
¿Quién en su sano juicio apoyaría esta conducta ¨de la calle¨?
Previsiblemente, lo que se espera es que las precipitaciones gubernamentales justifiquen la acción como ¨valores correctos¨, pero que de correctos no tienen absolutamente nada.
La elección personal de la filiación política no puede convertirse en una herramienta para ser visto como el ¨enemigo¨ en su propia sociedad. Por lo tanto, ¿con qué derecho se agrede al prójimo, con qué derecho? La actuación marginal de una persona dice mucho de ella. Tal vez la fanaticada no conocía mucho a Mijaíl López………….
¿Con qué derecho?
Desde el 28 de octubre, sitios independientes con temáticas de la sociedad cubana actual, como son Cubita Now y Diario de Cuba, reportan acerca del agravio sufrido por un joven cubano, radicado en Chile, que asistió a los Juegos Panamericanos, efectuados en Santiago, su capital.
Según estas fuentes y declaraciones de la propia víctima, de los integrantes de la Delegación Cubana que se encontraban en el lugar, el primero en atacarlos fue el chofer. Seguido de otros, hasta llegar a Mijaíl Lopéz, quién se olvidó de su condición de Triple Campeón Olímpico, representando a Cuba en la Lucha Grecorromana, y este le propinó una cachetada al joven en el rostro.
El hecho ya está presente. Pero… ¿con qué derecho?
Infundir y fomentar la intolerancia es un camino bien difícil que lamentablemente la sociedad cubana ya transitó en el pasado. Tirarle huevos y agredir a una persona porque piense diferente, es en franca aptitud: una maldad. Y el único responsable y beneficiado de esta situación ha sido el gobierno regente cubano.
Subrepticiamente y bajo la diabólica y malévola premisa de ¨divide y vencerás¨, se fragmentó la unidad familiar de muchos núcleos en Cuba. Que a día de hoy, dependen económicamente de esos ¨de los que se fueron¨, de una forma bien lastimosa. Hasta eso se le debe a este tipo de gobierno. La separación de muchas familias en Cuba, se indujo y efectuó bajo la egocéntrica mirada gubernamental.
¿Con este tipo de política el gobierno cubano puede ser referente en América Latina como lo pretende?
Para colmo de males, en la magna cita, el destacado deportista olímpico no se encontraba allí solo. La Delegación tenía otros componentes. Sin embargo, ¿cómo es que no hubo una sola persona con la más mínima ética, que evitara semejante conducta marginal en ese momento?
Al respecto a este tema, el régimen asegura que tiene planeado como estrategia reconciliarse con su emigración, que se encuentra en diáspora por el mundo. Pero, en su sistemática promoción de la intolerancia como estrategia, ¿podrá hacerlo?
Como consecuencia de lo ocurrido, ahora la conducta de la Delegación cubana ofrece ¨en bandeja de Plata¨ la oportunidad de ser juzgada. En más de una ocasión ha ocurrido porque los deportistas desertan, en otras porque la intolerancia y la intransigencia hacen su trabajo en los que la conforman, en fin … que es una situación problemática dónde quiera que llegan.
Pero no puede generalizarse a todos en esa negatividad. Porque afortunadamente, el ex pelotero pinareño, José Ariel Contreras, legendario campeón de Las Grandes Ligas, declaró con razón desde el punto de vista profesional al portal Swing Completo que: ¨… hasta ese momento respetaba a este notorio deportista¨.
¿Quién en su sano juicio apoyaría esta conducta ¨de la calle¨?
Previsiblemente, lo que se espera es que las precipitaciones gubernamentales justifiquen la acción como ¨valores correctos¨, pero que de correctos no tienen absolutamente nada.
La elección personal de la filiación política no puede convertirse en una herramienta para ser visto como el ¨enemigo¨ en su propia sociedad. Por lo tanto, ¿con qué derecho se agrede al prójimo, con qué derecho? La actuación marginal de una persona dice mucho de ella. Tal vez la fanaticada no conocía mucho a Mijaíl López………….