lunes, 31 de agosto de 2020

¨Los Abusos del siglo XXI ¨

 

                                                  ¨Los Abusos del siglo XXI ¨

Después de observar imágenes de hechos vandálicos en algunas ciudades de Estados Unidos y las protestas y manifestaciones civiles que también se realizan en otros países, en reclamo al asesinato de varios ciudadanos afroamericanos en Estados Unidos, solidariamente muchas voces se levantan.

De igual forma, otros se incorporan a esta lucha, por los derechos de las minorías, como son los latinos, los indígenas, los transexuales y otros. Esgrimiendo sus demandas, muchos gobiernos, ahora se enfrentan a ofrecer una respuesta y un camino que conduzca a los verdaderos cambios, que se necesitan para hacer valer la diferencia.

Sin embargo, el racismo, no es el único abuso contra el hombre en el siglo XXI.

Cuando se comete un espionaje personalizado, contra una voz crítica en una sociedad, también se comete un abuso. Cuando se intimida digitalmente a un artista que ha emigrado de su país, con hacer daño a su familia, igualmente se comete un abuso. Cuando se le niega, un derecho a un individuo en relación a la producción de lechera en su país, también se comete un abuso, ya que la producción lechera representa un beneficio nacional para todos los países. Y de hecho, todos tienen Proyectos instrumentados para su desarrollo.

Todos estos abusos sociales obstaculizan la sociedad y el mundo. Generando la ira y el descontento popular, llámese ¨confundidos¨ en Cuba, o como se le quiera llamar en otros países.

Se desconoce si hoy el hombre llega a su límite. El ejercicio del poder político sobre la masividad de la población no posee una estructura sana y mucho menos puede perfilarse como perfecta. Por tanto, la diversidad de las opiniones es un derecho que no puede ser reprimido. Por lo que una posición absolutista sobre el tema, puede calificarse de abuso.

Luego entonces, la práctica del desarrollo social se encamina hacia la interacción de la ciudadanía, en la total libertad del pensamiento individual, que no podrá ser encerrado, ni seccionado nunca. El juicio y la lucha de las masas en su propio beneficio, por una mejora diaria, no se reduce a una actitud incuestionable para cualquier gobierno.

Si el control en una sociedad en esta época actual, se ejerce cometiendo determinados abusos, lógicamente, serán los abusados los que tomen las riendas sobre estos temas y hagan girar la balanza de la justicia, de modo que se restablezcan sus derechos. Es algo que ya en el siglo XXI les pertenece. No es una dádiva. Aunque los abusadores no lo comprendan así.

 

 

¨A la Imposición, ¡Basta! ¨

 

                                                  ¨A la Imposición, ¡Basta! ¨


Desde hace un determinado tiempo, en este 2020, en los principales diarios oficialistas cubanos, se ha comenzado a difundir la idea, que las personas que no están de acuerdo con determinadas políticas oficiales están ¨confundidas¨, relacionándolas con otros ideales mundiales políticos.

A través de más de un artículo y de más de un autor, como por ejemplo, de Raúl Antonio Capote, Javier Gómez Sánchez y otros… se impone a la ciudadanía que si las personas piensan críticamente hacia la política oficial del gobierno cubano es porque están ¨manipuladas¨ y restan el crédito de que cada individuo tiene el derecho de pensar como mejor entienda y le plazca. Si usted osa pensar ¨diferente¨, aunque parezca risible, es porque usted es un ¨confundido¨.

El pasado miércoles 19 de agosto del 2020, se retoma el tema del feminicio, en el diario oficial nacional, bajo esa misma óptica. Donde se promociona públicamente, que escribir sobre ese tema, por parte de individuos que no forman parte de la política oficial, autorizados para escribir sobre esto, es porque son medios independientes, subvencionados por Agencias americanas. (Algo que no consta a nadie de manera general, porque difundir que toda persona que diserte a través de un medio de prensa independiente, lo hace porque recibe dinero, es soberanamente una gran mentira).

Por lo que se demuestra que es una forma más de manipular minoritariamente la opinión pública sobre una mayoría. El Partido gobernante cubano es el único Partido legal existente. No existe representación alguna de otras corrientes ideológicas y políticas que puedan constituir un contrapeso de puntos de vistas o estándares de opinión.

En ningún país del mundo, mientras exista el hombre podrá expresarse jamás que las opiniones políticas, que es en definitiva lo que mueve y transforma un país, en el transcurso de sesenta años fue y sigue siendo uniforme. Porque no es verdad.

Se promueve así, porque el poder lo permite todo. Pero no es verdad. Como forma de administración de políticas es muy claramente una forma de imposición que destruye la opción lógica y necesaria de la correlación de fuerzas políticas. Que en Cuba se reviste de importancia porque quedan prohibidas por Ley.

Luego entonces, existen personas que reciben dinero por redactar noticias en sitios independientes cubanos, pero no todos lo hacen como pretenden divulgar oficialmente. Es solamente, la intención de minimizar la expresión ciudadana, como fue el caso de la campaña ¨Bajen los precios de Internet¨. Donde todo involucrado, lo hizo ejerciendo su criterio del derecho ciudadano. Algo que en muchas ocasiones se vuelve imperdonable en Cuba, porque la oficialidad lo populariza, de una forma que se observa similar a un pecado ético, ejerciendo presión sobre el individuo.

En ese controversial artículo, acerca del feminicidio en Cuba, se ataca, se ridiculiza y se empequeñece intencionadamente a los autores independientes que han escrito sobre el tema, imponiendo la idea, de que para hablar sobre este fenómeno solamente están facultados los profesionales oficialistas cubanos. Ocultando simultáneamente, el derecho de las personas a la libertad de expresión, ya prevista en la nueva Constitución aprobada recientemente. Pero como muchas cosas en Cuba, puede decirse que se tolera, pero no se les quiere.

Es en estas circunstancias, como se analiza y se trata esta problemática social del feminicidio. A través de la mirada oficialista, se examina como ¨historias reales y dolorosas¨ y no como un fenómeno social. Llega al punto de comparárselas con las estadísticas de otros países, desvirtuando lo sucedido en Cuba y del que no se habla totalmente abierta como noticia en la prensa oficial. Acarreando como consecuencia, que lo hagan otros de forma independiente, apoyados en su derecho a hacerlo.

La columna de este autor, reconoce la estadística cubana del año 2016, con 47 casos, sin embargo, el mismo, cita a la antropóloga mexicana Marcela Lagarde, que contempló desde la década de los años 90, estos hechos, como un suceso inevitable, propiciado por la insuficiencia de la actuación del Estado. Algo en lo que muchos estarán de acuerdo.

De la misma forma, proyecta la idea de que el logro de las políticas combativas a favor de la protección de la mujer en Cuba, se ha propiciado solo y únicamente …¨ con la articulación presente de la oficialidad con otros actores civiles¨. ¿Será que al pueblo cubano no es capaz de ocurrírsele nada? ¿Solamente a los grandes dirigentes es a los únicos que se les ocurren las grandes soluciones y los cambios necesarios?

¿Podrá creerse esto en el siglo XXI en un país, o es que el caso cubano tiene un tratado Jesucrístico particular que se desconoce?

A Dios gracias, que ya no son tiempos en los que se puede influenciar de la manera en que hizo en los años 70 u 80. Sesenta años de varias generaciones no pasan impunes. Aunque se pretenda demostrar lo contrario. Como dirían otros cubanos, ¨tarde para 2 comidas¨. Si hoy el mundo genera cambios sociales, que conciben deposiciones de políticas legales es precisamente porque las masas son las que desarrollan esos acontecimientos. Sea en Cuba o fuera de ella. Son los pueblos quienes empujan las mutaciones, nunca la acomodada oficialidad.

Y sí, a veces un desarrollo social determinado puede producirse en combinación con lo ¨oficial¨, pero lo que se oculta entre líneas, en la información de este reporte, es que no es obligatorio la ¨combinación¨. No existe Ley para ello. Por esa razón puede verse estas expresiones como una imposición. Que no tiene Ley admitida y que sin embargo, por la suposición que crea, se impone como un hecho.

Con respecto a las políticas oficiales de otros países, no existe medio de comunicación cubano que no critique casi a todas a diario, pero lo que no se informa es que la información periodística que generan las distintas problemáticas de un país, bien puede emitirse desde ¨lo alternativo¨. Porque ese es un derecho individual mundial.

La publicación individual acerca de cualquier problema en la sociedad en que se vive, no es una limosna, ni es un permiso que debe pedirse. Lo que es incorrecto ante la ética y a través de la Ley es una información falsa. Pero el tratamiento público que genera debate de opiniones de cualquier fenómeno nacional es un derecho humano. No es una dádiva que ofrece ningún Estado del mundo. El Estado de hecho es minoritario en su composición.

Aunque se trate de distorsionar esa realidad en Cuba, y se difunda que los que se atreven a opinar ¨diferente¨, es porque pretenden ¨confundir¨ al resto de la población, es importante reconocer en esta acción una forma de imposición. Son demasiados años y demasiadas generaciones las que han aceptado esta imposición y otras tantas.

Pero en la actualidad, después de miles de justificaciones acerca del enemigo principal: Estados Unidos y otros países, ya la mayoría no acepta las justificaciones viles que comienzan a irse acabando, lo negativo es que ante el avance del desarrollo humano comienzan a fraguarse otras excusas. 

Si se tiene en cuenta, que contra las masas nadie puede, similar al proverbio popular, también podría decirse, que no hay Imposición que dure 100 años ni pueblo que lo resista. Por eso, a la Imposición, ¡basta! ¡Por favor, basta! Cada persona tiene el derecho de pensar y de expresarse como le parezca. El permiso no lo otorga, ni lo otorgará nunca ningún tipo de gobierno. Es un derecho humano. ¿Puede negarse?

 

 

 

 

 

 

 


¨La Ley y los Revendedores en Cuba¨

 

                                  ¨La Ley y los Revendedores en Cuba¨


En este momento en Cuba, se libra un férreo combate gubernamental en contra de Revendedores de mercancías de las tiendas de divisas, que son imprescindibles para la población. Sin embargo, nada se habla de los pocos establecimientos privados que también revenden alimentos aumentando los precios en este transcurso de la Pandemia. Por citar un ejemplo, en este lugar 

 

de venta de alimentos, de la localidad de Siboney, en el municipio Playa, en La Habana, anteriormente al Coronavirus, estipulaban un precio, y hoy tienen otro superior. Lo que se conoce en Cuba, como la barra de guayaba, costaba hace unos meses 10 pesos cubanos. Y hoy cuesta 15. Y estos productos también son una reventa de los productores originales que los cosecharon. Sin embargo, nada se menciona en los medios oficiales de comunicación.

De esta forma, impunemente, los que menos recursos poseen, que son la mayoría, son los que pagan las consecuencias. Al encarecerse los alimentos que son producidos en el país, se les hace más difícil la vida a las personas en Cuba, que ya resultaba así desde antes de esta plaga mundial.

El combate contra estas circunstancias es una obligación gubernamental porque es donde se encuentra el poder legal. Y lo que constituye una reventa, una es igual que otra. Pero este tipo de reventa, al parecer no amerita igual ofensiva. La protección del consumidor cubano se encuentra en manos del Estado. Encuéntrese en Pandemia o no.

La incapacidad gubernamental es algo que ya no merece justificación alguna después de 60 años. Aún hoy se habla de combatir la Reventa de mercancías de las tiendas de divisas. Pero si se propicia que los revendedores hagan fila desde el horario de la noche, el resto de la población que pretende hacerlo en el horario diurno de la mañana no tendrá la más mínima posibilidad de poder obtener los productos que necesita. Como ocurrió este sábado 28 de agosto del 2020, en la tienda del Reparto Flores en el municipio Playa, de La Habana.

En esta tienda, las personas que se presentaron a las 6am, no obtuvieron la necesaria numeración que se entrega para comprar. Inclusive, los que llegaron a las 3.30am tampoco obtuvieron un número garantizado, que llegó a entregarse por el personal militar que trabaja en la organización de la fila de personas en dicha tienda.

Entonces, ¿a qué hora llegaron las 220 personas que lo obtuvieron? ¿Desde qué hora del sábado estuvieron esperando su número, si se tiene en cuenta, que toda esta problemática es dominada por el gobierno cubano?

Ninguno de estos individuos que se presentaron en la noche, pudo haberse vuelto invisible a los ojos de los responsables de esta situación, si se tiene en cuenta la exhortación del gobierno a la restricción de multitudes. Por lo que puede afirmarse, que simplemente no existió un trabajo realmente combativo contra esto.

Se alega en la actualidad que existe empeño gubernamental en combatir la Reventa, ¿pero con qué efectividad real? cuando cuatro estudiantes extranjeros, posiblemente de la especialidad de medicina, y a juzgar por su apariencia, africanos de habla francesa, fueron los que llegaron a las 3.30am de la madrugada del sábado, a la tienda de Flores y no lograron alcanzar ningún número de compra.

O sea, que las personas que llegaron a las 6am mucho menos tuvieron posibilidad de obtenerlo. Y ningún efectivo policial, que se supone son los encargados de impedir la concentración de multitudes a altas horas de la noche en todo tipo de evento, fue capaz de frenar esto.

Un incidente como este puede ocurrir en cualquier otra tienda de Cuba, porque es algo que puede esperarse de una manera lógica como consecuencia de la escasez que existe. Sin embargo, no se previó institucionalmente, como pretende hacerse ver. A pesar de que es una situación que puede esperarse.

Y si a esto le agregamos, que en cualquier otra tienda de la provincia Habana, los números del 1 al 400 logran entrar y comprar antes de las 2.30pm, en la tienda de Flores, en la mayoría de las ocasiones no es así.

Este sábado 28 de agosto, a las 2.23pm, en esta tienda, los números del 170 en adelante, no habían logrado entrar a comprar. Pese a que la tienda en esta etapa pandémica es controlada por los efectivos militares y otros trabajadores de otros sectores.

En la tienda habanera conocida como El Pedregal, a las 2.30pm, suelen entrar a comprar los números del 350 en adelante. Y hasta inclusive el 400. Entonces, ¿porqué en la tienda de Flores, esto casi nunca puede lograrse, generando siempre el descontento popular y todas otras lógicas problemáticas?

No se prevee que cuando estas cosas ocurren, toda persona que no pudo hacer su compra, será empujada a las manos de los revendedores inevitablemente, porque necesitan cubrir sus necesidades materiales.

Nada en Cuba sucede sin que el gobierno cubano lo desconozca. Si hechos como este suceden repetidamente, como es el caso de esta conocida tienda, caracterizada por ofrecer un servicio de desempeño inadecuado, (que no es un secreto para nadie que desee investigar), es imposible confiar en los responsables del asunto. Por lo que cabe preguntarse, ¿el combate en contra de la Reventa en Cuba es completo o solamente a medias?

Tal vez, si en vez de empeñarse en tratar de silenciar las voces críticas, a través de su comunidad de residencia, se enfocaran verdaderamente en una correcta administración del país, esto no ocurriera. Ya que después de 60 años manteniéndose la misma gobernabilidad, es inaceptable.

Siboney, en el municipio Playa, en La Habana, anteriormente al Coronavirus, estipulaban un precio, y hoy tienen otro superior. Lo que se conoce en Cuba, como la barra de guayaba, costaba hace unos meses 10 pesos cubanos. Y hoy cuesta 15. Y estos productos también son una reventa de los productores originales que los cosecharon. Sin embargo, nada se menciona en los medios oficiales de comunicación.

De esta forma, impunemente, los que menos recursos poseen, que son la mayoría, son los que pagan las consecuencias. Al encarecerse los alimentos que son producidos en el país, se les hace más difícil la vida a las personas en Cuba, que ya resultaba así desde antes de esta plaga mundial.

El combate contra estas circunstancias es una obligación gubernamental porque es donde se encuentra el poder legal. Y lo que constituye una reventa, una es igual que otra. Pero este tipo de reventa, al parecer no amerita igual ofensiva. La protección del consumidor cubano se encuentra en manos del Estado. Encuéntrese en Pandemia o no.

La incapacidad gubernamental es algo que ya no merece justificación alguna después de 60 años. Aún hoy se habla de combatir la Reventa de mercancías de las tiendas de divisas. Pero si se propicia que los revendedores hagan fila desde el horario de la noche, el resto de la población que pretende hacerlo en el horario diurno de la mañana no tendrá la más mínima posibilidad de poder obtener los productos que necesita. Como ocurrió este sábado 28 de agosto del 2020, en la tienda del Reparto Flores en el municipio Playa, de La Habana.

En esta tienda, las personas que se presentaron a las 6am, no obtuvieron la necesaria numeración que se entrega para comprar. Inclusive, los que llegaron a las 3.30am tampoco obtuvieron un número garantizado, que llegó a entregarse por el personal militar que trabaja en la organización de la fila de personas en dicha tienda.

Entonces, ¿a qué hora llegaron las 220 personas que lo obtuvieron? ¿Desde qué hora del sábado estuvieron esperando su número, si se tiene en cuenta, que toda esta problemática es dominada por el gobierno cubano?

Ninguno de estos individuos que se presentaron en la noche, pudo haberse vuelto invisible a los ojos de los responsables de esta situación, si se tiene en cuenta la exhortación del gobierno a la restricción de multitudes. Por lo que puede afirmarse, que simplemente no existió un trabajo realmente combativo contra esto.

Se alega en la actualidad que existe empeño gubernamental en combatir la Reventa, ¿pero con qué efectividad real? cuando cuatro estudiantes extranjeros, posiblemente de la especialidad de medicina, y a juzgar por su apariencia, africanos de habla francesa, fueron los que llegaron a las 3.30am de la madrugada del sábado, a la tienda de Flores y no lograron alcanzar ningún número de compra.

O sea, que las personas que llegaron a las 6am mucho menos tuvieron posibilidad de obtenerlo. Y ningún efectivo policial, que se supone son los encargados de impedir la concentración de multitudes a altas horas de la noche en todo tipo de evento, fue capaz de frenar esto.

Un incidente como este puede ocurrir en cualquier otra tienda de Cuba, porque es algo que puede esperarse de una manera lógica como consecuencia de la escasez que existe. Sin embargo, no se previó institucionalmente, como pretende hacerse ver. A pesar de que es una situación que puede esperarse.

Y si a esto le agregamos, que en cualquier otra tienda de la provincia Habana, los números del 1 al 400 logran entrar y comprar antes de las 2.30pm, en la tienda de Flores, en la mayoría de las ocasiones no es así.

Este sábado 28 de agosto, a las 2.23pm, en esta tienda, los números del 170 en adelante, no habían logrado entrar a comprar. Pese a que la tienda en esta etapa pandémica es controlada por los efectivos militares y otros trabajadores de otros sectores.

En la tienda habanera conocida como El Pedregal, a las 2.30pm, suelen entrar a comprar los números del 350 en adelante. Y hasta inclusive el 400. Entonces, ¿porqué en la tienda de Flores, esto casi nunca puede lograrse, generando siempre el descontento popular y todas otras lógicas problemáticas?

No se prevee que cuando estas cosas ocurren, toda persona que no pudo hacer su compra, será empujada a las manos de los revendedores inevitablemente, porque necesitan cubrir sus necesidades materiales.

Nada en Cuba sucede sin que el gobierno cubano lo desconozca. Si hechos como este suceden repetidamente, como es el caso de esta conocida tienda, caracterizada por ofrecer un servicio de desempeño inadecuado, (que no es un secreto para nadie que desee investigar), es imposible confiar en los responsables del asunto. Por lo que cabe preguntarse, ¿el combate en contra de la Reventa en Cuba es completo o solamente a medias?

Tal vez, si en vez de empeñarse en tratar de silenciar las voces críticas, a través de su comunidad de residencia, se enfocaran verdaderamente en una correcta administración del país, esto no ocurriera. Ya que después de 60 años manteniéndose la misma gobernabilidad, es inaceptable.