miércoles, 3 de mayo de 2023

¨El Fracaso de las Élites en el contexto cubano¨


 

¨El Fracaso de las Élites en el contexto cubano¨



El análisis social realizado por Frank Bonilla, en cuya reimpresión en el año 2011, del Centro de Estudios del Desarrollo de la Universidad Central de Venezuela, (CENDES), demuestra necesariamente el aporte teórico a los estudios de desarrollo y crítica que pueden realizarse en cualquier sociedad.

La exposición del CENDES con esta compilación hace posible que la comprensión acerca del diseño de las estrategias de viabilidades sociales y políticas puedan establecerse con el concurso de la mayoría, sin que necesariamente tenga que concentrarse en unos pocos.

El objetivo central de este Programa de Investigación plantea el esquema de un conjunto de estrategias alternativas de desarrollo económico, que evalúa la factibilidad política de tales tácticas y su probable impacto sobre la distribución de la población. (… subsanar las fallas que explican en buena parte los fracasos de experiencias previas).

De entre las principales motivaciones de esta investigación se encuentra el interés de conocer qué conductas, arraigadas en el pasado, aún se encuentran presentes en las relaciones entre los hombres que actualmente están en el poder. ¿Cuáles son los factores sociales que pueden explicar la peculiar inversión de jerarquía social en que unos hombres han doblegado a otros que en cualquier otro sistema hubieran sido sus superiores?

Hoy día, quien habla y lo que se dice se hace cada vez más importante. En algunos casos, muchos se ven a sí mismos como una vanguardia triunfadora y reformista que ofrece al país la esperanza de un gobierno eficiente y honesto. Sin embargo, su sentido de misión y compromiso no puede ser desplegado terca y arcaicamente, cuando la población los observa como actores centrales de una época y de una historia. El derecho de imponerse no puede existir si de civilización y democracia se trata.

En este siglo XXI, la complejidad de las fuerzas en juego en Cuba, justifican la acción de que pueda hacerse también este tipo de análisis en el contexto cubano, ya que dentro del orden natural social de la ciudadanía, es ilógico que toda la nación esté de acuerdo con el cien por ciento de las políticas públicas. Aunque en Cuba las voces que disienten no se reconocen oficialmente. Se les tacha despectivamente de ¨grupúsculos¨.

En el caso cubano, la única élite con poder de decisión legislativa y rectora de la sociedad es la del Partido Comunista Cubano. Luego entonces, los valores nacidos de la pugna política actual, confrontan a este poder de manera que puede tornarse riesgosa, ya que esta élite se caracteriza por no otorgar lugar público a otros criterios diferentes.

Cómo bien reza un slogan humorístico cubano: ¨… yo solo puedo tocar¨... Las voces contestatarias cubanas no tienen lugar en la sociedad. El riesgo de tomar penas de cárcel por esa causa es alto. Ante la ley son considerados por esta élite como ¨subversivos¨. Igualando este concepto a la condición de ¨Pecado de carácter incestuoso¨.

Si se quiere ver un vivo ejemplo de esto, puede verse en todos los medios de comunicación masiva en Cuba. ¿En qué programa televisivo, de radio o de cine existe un personaje o un actor expresando un criterio diferente desde el punto de vista político? No se puede observar porque no existe.

Aún cuando se acaba de anunciar oficialmente, que toda persona mayor de 14 años que no posea Dieta Médica se le venderá solamente Picadillo y Mortadella para consumo nacional, ¿tiene sentido un discurso oficialista, expresando que todos los ciudadanos están de acuerdo con esta nueva medida? …Y esto es solo un ejemplo entre muchos.

Otra situación que ha caracterizado a esta élite ha sido el simular intereses por prestigio. Por ejemplo: hay desorganizaciones que no son específicamente imputables a la población, sino consecuencia de la forma de gobernar de este Partido. La actual y desenfrenada alza de los precios en Cuba, que ha conducido al caos inflacionario en el país, ¿es responsabilidad de la población o de la élite?

Más de una política pública legalizada por esta élite en el país no ha alcanzado éxito en la práctica. Por ejemplo: el pago a tiempo y justo, como política retributiva a la producción campesina. La penuria de soportar esta situación demuestra que es una política que se reviste de ¨apariencias¨. A pesar de esto, esta élite continua con la necesidad de auto-justificarse impunemente, sin que esta situación se llegue a tipificar como un delito grave que ocasiona la empresa responsable a los productores que desean avanzar en su servicio y su economía.

Para este tipo de élite, en muchas problemáticas cubanas solamente tiene cabida el protagonista, nunca el antagonista. De manera que resulta imposible compartir los méritos. Luego entonces, por las mismas razones no hay motivos para compartir las fallas y los errores.

La élite que tiene un poder, tiene también una responsabilidad. La dirección de la política económica y de otras actividades gubernamentales le pertenece. Pero no le pertenece continuar fracasando en ello. La ideología comunista convierte a su Partido, como a cualquier otro en un fenómeno de arrastre social, sin embargo, cuando en una sociedad no tienen el arraigo de la militancia de la mayoría, ¿cómo puede entenderse como ¨Órgano Rector¨? ¿Es un Órgano dónde la minoría rectorea a la mayoría? ¿Y todavía este tipo de élite oficializa que eso es democracia? ¿La democracia ¨Socialista¨?

Se verán horrores, como reza en las Santas Escrituras…

Muy a pesar de que en Cuba la opinión de la iglesia en la actualidad tiene su peso, pueden verse las dos élites como dos fuerzas antagónicas de lucha permanente. Un ejemplo de ello fue la intervención del ex Cardenal Jaime Ortega en la expatriación de algunos miembros de la Causa de los 75, conocida por muchos como ¨la primavera negra¨.

Con respecto a la política fiscal cubana, un tema más que sensible para la población, ya que de ella dependen muchos emprendedores privados, que renuncian a los empleos estatales, precisamente por las características que ellos implican, esta no ha sido observada por este tipo de élite como una fiscalidad de servicio, por el hombre y para el hombre.

Los errores y excesos en las instrucciones de este tipo de política, en un principio sí tuvieron sentido de utilidad, de estabilidad y de regularidad. Pero posteriormente el alza de los impuestos, tanto para negocios privados grandes, como para los pequeños, demostraron que las insatisfacciones a la actividad fueron en aumento.

Como bien reza en la Escritura que todo trae consecuencias, las consecuencias que devinieron fue en la progresión del mercado informal y en el aumento de la ilegalidad. La disconformidad en la escalonada intervención del gobierno no parece ser reflejada en ninguna parte. Más bien constituyen cifras que se esconden, en un proceso presumiblemente irreversible, por desgracia de la vida.

Si lo que se generan son leyes que constituyen una camisa de fuerza, más que una oportunidad como modelo, para las personas más humildes y vulnerables ¿qué progresos entonces se registran en este momento mundial? ¿A quién pretende beneficiar esta élite en la realidad, o esto es solo otro reflejo de ¨apariencias¨?

Todo parece indicar que para la Cuba de hoy, esta élite, de un modo ya inevitable, se presenta como un cuadro lamentable de división y antagonismo. La capacidad autodestructiva también puede darse, dado los elementos de presión que ya ejerce la ciudadanía. Como por ejemplo en el tema de las transparencias oficiales. Si esta élite no se hubiera caracterizado por su intolerancia y su falta de visión, no existiría ahora el motivo del descrédito. Las protestas y manifestaciones escenificadas en varias partes del país, en el año 2022, hablan del estado de un sistema.

Esta élite, lejos de enfatizar en erradicar los problemas los acumula. Hasta hoy no ofrece pretensiones de reconocer la correlación de fuerzas políticas. La imagen de la vida en Cuba como modelo de impulso, carece de sentido. Porque ¿dónde estaban los recursos con que se acometieron las remodelaciones a los barrios vulnerables después de varias décadas? Más que una burla, puede verse como una maldad.

Cuando los motivos y justificaciones del fracaso se atribuyen al oponente, es porque sencilla y llanamente los elementos analíticos comunistas en más de 60 años han sido ideológicamente rígidos e inflexibles. Por ejemplo: la opción de solicitud de juicio político a un Presidente en Cuba no existe. Ese tipo de acción demandante, en Cuba no se encuentra concebida.

Esa y otras muchas tonalidades en Cuba no se reconocen. Y es lamentable, porque no ha existido suficiente atención a los razonamientos. Una élite partidista que no tiene contraparte creada por designación, ni en lo económico, ni en lo cultural, ni en ninguna otra área, representa en cualquier parte del mundo una dictadura.

Una dictadura desde el punto de vista social, que al rectorear toda una vida nacional, pues ella misma informa, premia, legisla, reglamenta, estudia, planea, organiza, coordina, etcétera. No encuentra el concepto de política como debate en los medios de comunicación masivos. Entonces, ¿qué puede pedir del respeto, la confianza y la motivación de la opinión pública? ¿Qué derecho tiene?

A pesar de que la grandilocuencia que caracteriza a esta élite, la velocidad de las reformas positivas en Cuba se han desarrollado tan lentamente, que solo pueden citarse dos casos en mucho tiempo: la vacunación COVID19 y el Código de la Familia en Cuba, que sin temor a dudas revolucionó verdaderamente el Derecho de Familia cubano.

Sin embargo, sesenta años es más que suficiente para que la tasa de crecimiento en el diseño de políticas públicas de esta índole fuera más alta. De todas formas, el ofrecimiento de una reparación no se vislumbra por ninguna parte en el horizonte comunista nacional cubano, por lo que una solución administrativa que reponga los límites no tiene posibilidades.

Un control político iracundo provoca cansancio. Beneficiaría más si fuera más constructivo, porque no se puede esperar a que una élite oriente, exprese y opine acerca del crecimiento de un país, no se considera práctico. Una administración estricta y polémica no es tolerable ni obligatoria en ninguna parte del mundo. El derecho a una solución, con respecto a una vida más viable que favorezca a la mayoría tiene que existir. No es un regalo.

 

FOTO LA AUTORA

No hay comentarios:

Publicar un comentario