¨La Iglesia y la Guerra de Ucrania¨
A pesar de las diferentes posturas que ha tenido la Iglesia en el transcurso de todas las guerras en la humanidad, la de Ucrania se reviste de importancia, porque se produce esta en el siglo XXI, después de todo un desarrollo global en las distintas sociedades humanas, donde se supone una paz mundial sólida.
A través de todas las noticias internacionales, ha podido conocerse la postura del Patriarca ortodoxo ruso, Kiril I, en relación a esta guerra.
No es importante su calificación a quienes se oponen al conflicto como las "fuerzas del mal". Por el contrario, meritoria es la posición del monasterio ortodoxo ruso en Alemania, que se encuentra ofreciendo apoyo a los refugiados ucranianos que solicitan refugio por causa de las bombas.
El Patriarca ortodoxo, ha podido constatar la ruptura de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana con su jerarquía, después de observar su postura de abierto apoyo a la invasión, durante su alegato en la Catedral de Cristo Salvador en Moscú.
Según sus propias palabras … ¨los intentos de dividir las iglesias rusas y ucranianas nunca alcanzarán su objetivo¨.
¿Pero qué objetivo, si ya están divididas?
La rama moscovita de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana realizó su anuncio de ruptura e independencia de la autoridad espiritual rusa.
El portavoz de la Iglesia Ucraniana, declaró que el Consejo de la Iglesia había insistido en "su total rechazo a la posición del Patriarca Kiril", que repetidamente apoyó la operación militar rusa, sin pelos ni señales en su lengua. ¿Entonces qué beneficios ó esperanzas llevaron las palabras del Patriarca al masacrado pueblo ucraniano?
Se suponía que su prédica (en un momento tan crítico para los civiles ucranianos) consistiera en un bálsamo de fe, ante el sufrimiento actual de esa población. Sin embargo, no fue así. En una guerra las balas no tienen nombres y ante el inminente peligro de que la contraparte ucraniana pueda atacar el interior de Rusia, su posición de líder ha quedado afectada. Como reza un proverbio popular latino ¨en boca cerrada no entran moscas¨. O sea que la lengua es mala consejera.
Si tan solo se hubiera limitado a la neutralidad, en una situación tan difícil como es una guerra en pleno año 2022, donde los oponentes poseen un armamento muy superior, al de hace 20 años atrás. Una actualidad también que demuestra que la perspectiva de la violencia y de la maldad también es superior en el momento actual. Y lo más cruel y lo más complejo: las consecuencias desde todo punto de vista que podría traer esta guerra para todos los pueblos del mundo.
No siempre las autoridades de la Iglesia, en todos los tiempos han actuado con cordura y consecuencia. Olvidar el beneficio y protección de los fieles y los no creyentes, en una guerra, no tiene perdón.
La Iglesia debe y tiene que definirse en función del hombre de forma plena. Otro punto de vista colectivo no tiene sentido. La inclusión de frailes en las guerras de guerrillas españolas, latinas o de otros pueblos, fueron de forma personal. Nunca en nombre de una feligresía. Participar en una guerra de manera solitaria es una elección.
Pero abrir la boca, para decir una tontería semejante, cuando usted es el líder, le induce a otros a perderle el respeto. Porque una guerra actual, en las condiciones mundiales de hoy, no beneficiarían a nadie.
Luego entonces, esa es la razón, por la que cientos de sacerdotes ucranianos han firmado una carta pidiendo que Kirill se enfrente a un tribunal religioso. En Ucrania se encuentran algunos de los monasterios más importantes de la Iglesia Ortodoxa Rusa.
Por otra parte, otra autoridad como es el Papa Francisco, ante esta situación extrema creada, pide al Patriarca Kiril (por carta) defender la paz en Ucrania, validando una posición más sensata sobre el tema.
Aunque también, el Presidente de la Conferencia Episcopal Polaca, el Arzobispo Stanislaw Gadecki, ha pedido al Vaticano que cambie su política “ingenua y utópica” después de volver de una visita a Ucrania. Sugiriendo que la Santa Sede apoye a Ucrania “en todos los niveles y no se deje llevar por pensamientos utópicos”. Desde el comienzo de la invasión, el Vaticano ha decidido mantener relaciones cordiales con la Iglesia Ortodoxa Rusa, lo que ha causado un gran malestar dentro del catolicismo.
La Unión Europea por su parte, ha sido incluido al Patriarca Kiril dentro de la lista de personas sancionadas, al igual que hicieron con otras figuras militares, políticas o empresariales cercanas al Kremlin, hasta que el gobierno húngaro hizo gestiones que lograron excluirlo. Esto se debe, a que este Patriarca es considerado una figura religiosa cercana al presidente ruso, cuyas palabras de Kiril lo describen en sus sermones como “un milagro de Dios”.
De esta forma, con sus polémicas declaraciones, no previó que su apoyo público a la invasión rusa en Ucrania tuviera repercusiones más allá del ámbito militar y político, por lo que necesariamente tuvo que pasar como figura pública por este amargo momento. El individuo teólogo, es una persona con un nivel académico superior al de otras profesiones. Luego, entonces, con ese conocimiento, si la persona abre la boca como resultado de su personalidad, tiene posibilidades de pasar por esto y más…
Eso, sin dejar de mencionar el triste cisma y fuerte choque que ha provocado puertas adentro de la Iglesia Ortodoxa. En Ucrania, el metropolitano Onufry, del Consejo de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana del Patriarcado de Moscú, declaró su total independencia de Rusia, después de más de 300 años de relaciones, entre las comunidades ortodoxas de Ucrania y Rusia.
Sin embargo, por fortuna de Dios, no todos los consagrados piensan como Kiril. Como ejemplos a seguir, sacerdotes ucranianos como Rostyslav Dudarenko, (quién fue baleado en un puesto de Control), Téfanes, Pavlo Naydenov y Serhii Tsoma, han demostrado su total vocación en el terreno mismo de la guerra.
Dudarenko y su congregación celebraban un servicio conmemorativo por los pobladores asesinados por los nazis en 1941. El grupo voluntario al que se había unido Dudarenko, de 45 años, no tenía estatus militar. Dudarenko y su asistente iban desarmados y Rostyslav Dudarenko celebraba servicios como sacerdote ortodoxo ucraniano en una iglesia improvisada.
Otras personas del grupo en Yasnohorodka estaban armados con rifles de caza y una pequeña cantidad de Kalashnikovs del ejército ruso que habían llegado a sus manos, y solo tenían tres chalecos antibalas entre ellos. Pero como sacerdote, él se negó a portar armas. Su servidumbre a la iglesia alineada con Kiev, le costó la vida en plena guerra. Pero pudiera afirmarse que él se encontraba en su lugar, por mantenerse fiel a sus principios, como clérigo.
Sus servicios al aire libre, incluso bajo la lluvia, son dignos de admirar. Aunque más tarde logró construir una iglesia improvisada en su tráiler, con la ayuda de donaciones. Esa actitud transparenta las características personales que debe poseer un líder espiritual. Su humildad lo convierte en párroco ejemplar para todos aquellos que se encuentran en vías para llegar a ser líderes actuales.
Muy a pesar de que el Papa Francisco ha afirmado que esta guerra en Ucrania, como todas las demás, "representan un ultraje a Dios, una traición blasfema al Señor, una particular barbarie, que involucra a todos los cristianos en un escándalo que debería llevar a los creyentes hacia la unidad", pudiera decirse que el esfuerzo por el planteamiento del " No a la Guerra" no ha sido el suficientemente firme.
La Iglesia ha tenido un peso social en la historia de la civilización humana, que le permite todavía en la actualidad involucrarse en poco más en el tema. Las declaraciones del actual Papa sobre esto son positivas, pero califican como suficientes. Un esfuerzo extra habría evitado los miles de vidas que se han perdido, en un esfuerzo inútil de emprender una guerra, que ha traído más perjuicios que beneficios.
Desde la economía, hasta la ecología han sido afectadas, en un planeta tan desgastado, donde ya en la Antártida se encuentran naciendo las flores. Algo inusual en siglos anteriores.
Una guerra de este tipo no traerá ganadores simplemente por traer. Pero si la Iglesia no se involucra con la misma firmeza que hizo siglos atrás, por motivos menos importantes, entonces el impedimento a la matanza de tantas personas no habrá valido la pena para otras voces que pretenden alzarse. Cuando la implicación en un asunto como este es frágil, podría hablarse de complicidad.
Como Institución posee la posibilidad de ser más agresiva y tenaz en este tema. Y lo demostró en el pasado.
Para concluir después en tiempos futuros, de que la Iglesia contribuyó a la mediación en esta guerra, no será creíble. En todo caso, como un mero acto hipócrita dejará al descubierto el conocido refrán popular ¨a río revuelto, ganancia de pescadores¨.