En la XXII Feria Internacional del Libro celebrada en la
Habana, en este 2013, en la Sala José Antonio Portuondo de la zona de Cabañas,
la historiadora de arte cubana María Alina García Ramos presentó su libro
¨Rastafarismo en La Habana¨, donde propone otro tipo de mirada sobre el
fenómeno rastafari cubano.
Esto puede decirse que ha sido un gesto de validación, con
respecto a la necesidad y urgencia del replanteamiento de la política institucional cultural cubana,
que ha sido quién ha tenido la responsabilidad total de la exclusión de este
grupo religioso en los medios de comunicación social.
Para esta escritora, las instancias del poder fueron las que
tergiversaron la imagen del rastafarianismo, identificándolo con prácticas
delictivas y marginales. Sin embargo, este movimiento en su concepto no solo
comprende la religión, también analiza la realidad sociocultural.
El rastafarianismo como religión de orientación política, se
caracteriza por no aceptar los valores impuestos por la ideología dominante, y
eso supuso una contradicción imperdonable para la dictadura del país, todos
estos años de proceso social. A pesar de que el rastafari no se identifica con
ningún tipo de secta o denominación. La base teológica de sus movimientos de protesta es bíblica,
constituyendo una herramienta de análisis para los explotados decualquier sistema
social injusto.
La escritora García Ramos ha pretendido (según sus propias
palabras) llamar la atención sobre este tema, que no ha sido abordado lo
suficiente en su cuestión racial y clasista por los medios comunicativos. Y de
cierta manera, no reconocer los
prejuicios sociales ni la práctica discriminatoria por parte de las autoridades gubernamentales,
ha conducido a que esta religión irrumpa como modelo de autoestima en jóvenes
negros y mestizos e incluso en los no tan jóvenes que también lo toman como un
paradigma identitario.
Teniendo en cuenta que esta religión centra sus reclamos y
tesis en los aspectos de concientización tribal africana, una postura rebelde
frente a la opresión blanca hace que pueda verse como un grupo que ha adoptado
una posición contestataria sin causa.
Los ´rasta´ no aceptan el orden económico tradicional, por lo
que se le habría podido permitir el cuentapropismo con muchos años de
antelación, como es el caso de otros países, en los que poseen tiendas de
discos y editoriales.
En Gran Bretaña , por ejemplo, en su aspecto misional
incluyen el rescate de compatriotas en peligro de ir a la cárcel, ayudando a
encontrar trabajo y estudio. Situación que no ha podido ser similar con el
boboshanti cubano.
Los tres grupos primarios rastafaris coinciden con la idea de
que el capitalismo es un sistema que degrada los valores fundamentales de la
humanidad, devastando seriamente el ecosistema con el deterioro de sin medida
de la naturaleza. Sin embargo, esto no
ha hallado un punto de convergencia con la filosofía practicada por el
oficialismo.
La naturaleza es muy cuidada y respetada por la filosofía
rasta. Esa la razón por la que su
bandera contiene el color verde, representando la tierra madre. En sus
conceptos también se encuentra concebido la lucha y la fuerza contra la
opresión aplicada sobre el hombre negro.
Examinar la política social y cultural desde el punto de
vista religioso será el reto del gobierno cubano, que no previó los derechos
rastafaris en la convivencia de esta
religión en la sociedad y como mejor solución brindó la exclusión.
Como bien reconoce la historiadora cubana Graciela C. Laffita
¨… los cambios sociales llevados en Cuba en estas décadas han provocado deudas
que son legados del esclavismo y la desigualdad¨.
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