martes, 23 de abril de 2013

Artículo del periodista católico cubano Guillermo Padilla.




FALSOS PROFETAS.

                                                                                                                             Guillermo Padilla Alfonso.
Constantemente escucho en el canal estatal del gobierno comunista de Venezuela, con amplia cobertura ahora en nuestra isla, entrevistas a personalidades convenientes a los intereses gubernamentales y sus jergas de libertad de expresión, derechos ciudadanos, fidelidad, progreso, moral, luchas populares, justicia, verdad, hombres eternos y otros…
Por supuesto,  todo  a su estilo y según el único punto de vista desde lo más recalcitrante de las izquierdas, lo cual realmente no puede calificarse de democracia, ni libertad. Eso es lo que vemos ahora en nuestro país a través de esta televisora, que es lo mismo que hemos tenido desde hace más de cincuenta años.
He tratado de encontrar algún comentario, noticia, o la más mínima nota sobre nuestra Yohani Sánchez. Se ha convertido en noticia y le convendría bastante al  pueblo cubano y a toda latinoamérica, conocer sobre los avatares de esta personalidad nuestra. Pero no existe eso para estos paladines de las libertades y las justicias sociales, lo mismo con las informaciones sobre nuestro conocido luchador OswaldoPayá, (Premio Sajarov)  que perdió la vida junto al también luchador  Harold Cepero, el 22 de julio del 2012, en circunstancias todavía no muy bien claras.
¿Cuál es la credibilidad y prestigio de la cadena Telesur? ¿Cuál es la  diferencia de  ser lacayo de una ideología u otra? Yo creo que es ser lacayo al fin.
En Cuba, desde hace más de medio siglo, no nos ha sido posible tener perspectiva de civilidad, pues al mínimo asomo de ¨rebeldía¨, léase  ¨pensamiento independiente¨, preocuparse realmente por injusticias, mentiras, falsedades, vengan de donde vengan, si toca las narices de los mandatarios de turno se convierte en un problema, por lo tanto: ¡Cuidado!
Automáticamente te conviertes en un elemento peligroso, escoria, ladrón, proxeneta, delincuente, asesino, criminal, holgazán, fraudulento, mentiroso, hipócrita o cualquier otra cosa. Puede ser una de ellas o todas a la vez.
Incluso puede que seas rechazado dentro de tu grupo de hermanos de religión, por aquellos que dicen ser activos miembros de la comunidad religiosa. Que supuestamente comparten tus mismas creencias, pero que en realidad son dóciles agentes del gobierno, infiltrados vilmente entre todos los grupos, para saber la más íntima manera de pensar, no importa que sea en cuestiones de fe, o por aquellos que tienen un miedo atroz a la maquinaria sanguinaria e invisible del sistema.
A favor de vivir así es que han apostado los venezolanos con la ¨decisión¨  de¨votar¨ por Maduro.
Puede afirmarse que a los venezolanos se les está violando su libertad ya.
Si eres de forma de pensar diferente al que ellos (los chavistas) te quieren imponer, entonces eres ¨piti yanqui¨, de la derecha corrupta, traidor, burgués, y largos etcéteras. Que no  esté ocurriendo con la magnitud y envergadura de aquellos estados que como Rusia o Cuba han desarrollado eso que le llamamos stalinismo, bien; pero está empezando, está naciendo ese tipo de forma filosófica gubernamental , que al fin y al cabo le hará un daño irreversible a esa o cualquier nación que adopte ese sistema.
Uno de los crímenes más horrendos en los que puede caer un gobierno, es incitar a la gran mayoría de su población a la idolatría, (convertir a un mortal en un Dios).  A su forma, color y con los matices que más le gusta.
Con respecto a esto, muchas veces en la historia de la humanidad los resultados siempre han sido altamente funestos. Desgraciadamente para los pueblos  casi siempre los incitadores salen ilesos del gran desastre, zigzagueando las miserias y calamidades que han generado. Ya sea porque la muerte los sorprende o porque la fortuna que amasan les resguarda su vida y las de su familia para siempre.
Una de las principales causas de tanta miseria humana es precisamente la ambición y el afán desmedido de poder y riquezas de unos pocos a costa de muchos, no importa el discurso populista que empleen. Hace dos mil años, un hombre excepcional prevenía a su gente, según el Evangelio de San Mateo, en el capítulo 24, versículos del 3 al 13, diciendo:  …¨Tengan cuidado de que nadie los engañe… muchos perderán su fe y se odiarán y se traicionarán unos contra otros …. Aparecerán muchos falsos profetas, y engañarán a mucha gente. Habrá tanta maldad, que la mayoría dejará de tener amor por los demás, pero el que siga firme hasta el fin, será salvo…¨

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