Guillermo Padilla Alfonso.
Constantemente escucho en el
canal estatal del gobierno comunista de Venezuela, con amplia cobertura ahora
en nuestra isla, entrevistas a personalidades convenientes a los intereses
gubernamentales y sus jergas de libertad de expresión, derechos ciudadanos,
fidelidad, progreso, moral, luchas populares, justicia, verdad, hombres eternos
y otros…
Por supuesto, todo a
su estilo y según el único punto de vista desde lo más recalcitrante de las
izquierdas, lo cual realmente no puede calificarse de democracia, ni libertad.
Eso es lo que vemos ahora en nuestro país a través de esta televisora, que es
lo mismo que hemos tenido desde hace más de cincuenta años.
He tratado de encontrar algún
comentario, noticia, o la más mínima nota sobre nuestra Yohani Sánchez. Se ha
convertido en noticia y le convendría bastante al pueblo cubano y a toda latinoamérica, conocer
sobre los avatares de esta personalidad nuestra. Pero no existe eso para estos
paladines de las libertades y las justicias sociales, lo mismo con las
informaciones sobre nuestro conocido luchador OswaldoPayá, (Premio Sajarov) que perdió la vida junto al también luchador Harold Cepero, el 22 de julio del 2012, en
circunstancias todavía no muy bien claras.
¿Cuál es la credibilidad y
prestigio de la cadena Telesur? ¿Cuál es la
diferencia de ser lacayo de una
ideología u otra? Yo creo que es ser lacayo al fin.
En Cuba, desde hace más de medio
siglo, no nos ha sido posible tener perspectiva de civilidad, pues al mínimo asomo
de ¨rebeldía¨, léase ¨pensamiento independiente¨,
preocuparse realmente por injusticias, mentiras, falsedades, vengan de donde
vengan, si toca las narices de los mandatarios de turno se convierte en un
problema, por lo tanto: ¡Cuidado!
Automáticamente te conviertes en
un elemento peligroso, escoria, ladrón, proxeneta, delincuente, asesino,
criminal, holgazán, fraudulento, mentiroso, hipócrita o cualquier otra cosa.
Puede ser una de ellas o todas a la vez.
Incluso puede que seas rechazado
dentro de tu grupo de hermanos de religión, por aquellos que dicen ser activos
miembros de la comunidad religiosa. Que supuestamente comparten tus mismas
creencias, pero que en realidad son dóciles agentes del gobierno, infiltrados
vilmente entre todos los grupos, para saber la más íntima manera de pensar, no
importa que sea en cuestiones de fe, o por aquellos que tienen un miedo atroz a
la maquinaria sanguinaria e invisible del sistema.
A favor de vivir así es que han
apostado los venezolanos con la ¨decisión¨
de¨votar¨ por Maduro.
Puede afirmarse que a los
venezolanos se les está violando su libertad ya.
Si eres de forma de pensar
diferente al que ellos (los chavistas) te quieren imponer, entonces eres ¨piti
yanqui¨, de la derecha corrupta, traidor, burgués, y largos etcéteras. Que no esté ocurriendo con la magnitud y envergadura
de aquellos estados que como Rusia o Cuba han desarrollado eso que le llamamos
stalinismo, bien; pero está empezando, está naciendo ese tipo de forma
filosófica gubernamental , que al fin y al cabo le hará un daño irreversible a
esa o cualquier nación que adopte ese sistema.
Uno de los crímenes más horrendos
en los que puede caer un gobierno, es incitar a la gran mayoría de su población
a la idolatría, (convertir a un mortal en un Dios). A su forma, color y con los matices que más
le gusta.
Con respecto a esto, muchas veces
en la historia de la humanidad los resultados siempre han sido altamente
funestos. Desgraciadamente para los pueblos casi siempre los incitadores salen ilesos del
gran desastre, zigzagueando las miserias y calamidades que han generado. Ya sea
porque la muerte los sorprende o porque la fortuna que amasan les resguarda su
vida y las de su familia para siempre.
Una de las principales causas de
tanta miseria humana es precisamente la ambición y el afán desmedido de poder y
riquezas de unos pocos a costa de muchos, no importa el discurso populista que
empleen. Hace dos mil años, un hombre excepcional prevenía a su gente, según el
Evangelio de San Mateo, en el capítulo 24, versículos del 3 al 13, diciendo: …¨Tengan cuidado de que nadie los engañe… muchos
perderán su fe y se odiarán y se traicionarán unos contra otros …. Aparecerán
muchos falsos profetas, y engañarán a mucha gente. Habrá tanta maldad, que la
mayoría dejará de tener amor por los demás, pero el que siga firme hasta el
fin, será salvo…¨
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