¨Maltrato al cliente en la marina
Hemingway¨
La marina naútica cubana Ernest Hemingway se encuentra
situada en la zona residencial del municipio capitalino de Playa, en Ciudad de
la Habana. Debido a su gran infraestructura recreativa y sus precios en moneda
convertible, es lógico suponer que el trato del servicio hacia los clientes
será siempre el mejor por parte de los empleados, ya que entre las estrategias
administrativas operativas del complejo debe encontrarse de manera obligatoria el proyecto constante de generación de divisas, con el objeto de
seguirse perpetuando como empresa. Sin embargo, todo lo que parece no es.
El pasado 12 de mayo, un ciudadano americano de origen
cubano, su familia, personas allegadas y otro viajero americano visitaron la
localidad del complejo conocida como ¨El Papa´s¨. Todos los servicios
solicitados pudieron tomarse sin
problemas, hasta que llegó el momento de solicitar el servicio gastronómico.
El trabajador gastronómico que le correspondió trabajar ese
día, (hombre blanco de alrededor de unos 40 años) fue llamado por este grupo
familiar de 11.am a 11.10am aproximadamente, con el objetivo de conocer lo que
se podría consumir del servicio de tikets que se expiden para la ingerencia de
comida en el lugar. El señor explicó que los platos a ofertar estaban listos
para servir a ecepción del plato que contenía el pollo. Por tanto, la persona
que estaba haciendo los pagos en divisa le preguntó personalmente la hora en
que saldría dicho plato, (existen otras personas que pueden corroborarlo). A lo
que el gastronómico respondió que en hora y media. Hay que tener en cuenta que
se realizó esa pregunta de 11.00am a 11. 10am de la mañana. En ese período de
tiempo. Porque fue a la hora que se realizó una llamada por teléfono, desde un
teléfono móvil a otro, donde se precisa siempre a la hora en que se producen
las llamadas. Por eso es que se puede dar referencia de la hora en que se le
preguntó al dependiente.
Teniendo en cuenta que cubanamente la expresión de que ¨algo
se demora¨ en cuestiones de servicios puede oler a que se desconoce el tiempo
real en que demorará un servicio determinado, (a excepción de los dos
ciudadanos americanos) el resto del grupo consumió los platos que estaban
listos, sospechando que el que contenía el pollo sería una odisea el poderlo
consumir.
No en todos los lugares todos los trabajadores son
profesionales. Los hay técnicos muy buenos, en los servicios también muy
excelentes, pero no siempre con el nivel de conocimiento y de pertenencia que
se necesita para un servicio óptimo. En un país subdesarrollado la excelencia
contribuye de manera total frente a la carencia material, de una manera demostrada como ley imperativa del
mercado.
Hora y media se esperó y aún no se servían los platos que
faltaban porque el dependiente explicaba desde lejos que no estaban listos.
Cada cierto tiempo se le preguntaba. El dependiente desconociendo la ética de
su trabajo y su contenido en un lugar turístico de alta promoción digital y de
generación de divisas no se acercó nunca a la mesa para ofrecer una excusa
cosmética y de tratamiento a clientes en un ambiente como ese, aún que fuera
cierto que no se encontraba listo el plato por más de una razón laboral. LA
AMABILIDAD EN EL TRATO GASTRONÓMICO PUEDE EN UN MOMENTO DADO SUPLIR UNA
INCOMPETENCIA LABORAL CUALQUIERA QUE SE PUEDA TENER EN UN MOMENTO DADO, SI LA
PERSONA TIENE EL CARISMA QUE SE EXIGE EN DETERMINADOS PUESTOS DE TRABAJO PARA
LOGRAR EL ÉXITO DE UNA EMPRESA, SEA PROPIA O NO.
Alrededor de las 2.50pm la persona que realiza este escrito
le preguntó desde lejos, a una distancia de más de seis metros con precisión,
porque es la distancia que existe entre la sombrilla playera y la puerta de la
cocina donde él se encontraba, si ya estaban listos los platos, porque era inconcebible
que con el tipo de llama o carbón que se usa para la cocina industrial no
estuviera terminado todavía. El dependiente contestó (todo el tiempo desde
lejos, nunca acercándose a la mesa, posición que no se observa así en otros
centros turísticos, conglomerados y complejos como este, ni en ningún otra
parte, tan siquiera en ofertas de servicios en moneda nacional, donde el nivel
cultural de los dependientes es mucho más bajo) con mímica, que todavía no
estaba.
Pero en una forma que demostraba chusmería y marginalidad sin
ningún tipo de vergüenza en su cara, como una persona que quiere dar a
demostrar que es amigote de los clientes y que quiere hacer oídos sordos,
pidiéndote que no le molesten más.
En otras ocasiones otras personas de la mesa le preguntaban por el servicio que
faltaba, ante la demora sin solución que se había presentado y él respondía
desde lejos que todavía, pero en este caso, cuando se para en la puerta de la
cocina, la que le pregunta es la redacta esta denuncia y me responde por señas
que me esperara, con una confianza sin precedentes, con gestos que dada a
entender que al parecer yo debía de hacerme idea de que él me conocía del solar
de ¨La California¨.
Inmediatamente, sin temor de ningún tipo me dispuse a ir
hasta donde él se encontraba, para preguntarle si el complejo turístico era de
su propiedad privada o una empresa del Estado cubano. Pero las personas del
grupo donde yo me encontraba no quisieron que eso sucediera. Por tanto me quedé
en mi lugar, muy dolidamente, pues no entendía el porqué ese tipo de situación
había que soportarla, provocando la total libertad de que ocurriera nuevamente
con otra persona, pues indudablemente
causaba impunidad. No obstante, me quedé en mi lugar y jamás se le
reclamó por aquel hecho.
Cuando victoriosamente estuvo listo el plato del pollo, (pues
hay que mirarlo de esa forma, no he visto en otros establecimientos en divisa
una demora semejante, estando provistos de recursos superiores a los de un
ciudadano común) se le vió dirigirse hacia otra mesa, que originalmente a la
hora de entrada de la instalación no
tenía más de seis personas, y que con el transcurso del día habían aumentado en
número. Y ya su pedido de solicitud del plato era de doce.
En virtud de que en más de una ocasión se le preguntó si ya
estaba listo el plato, es de suponer que atendería el primer pedido y no el
último. Incluso el pedido del plato del pollo para la primera mesa era solo de
dos comensales, pudiendo haber intercalado los dos platos, si acaso estuviera
muriendo por servir a la otra mesa.
Nadie cuestionó sus motivos para esa preferencia en ese
momento, simplemente se le reclamó el servicio de los únicos dos platos que
faltaban.
Al pasar a una distancia corta, a no más de cuatro metros con
precisión, en su trayecto de servir los doce platos a la otra mesa, (haciendo
oídos sordos al largo tiempo de espera y reclamación de la mesa anterior), la
que redacta este escrito aprovechó para recordarle que la estancia en este tipo
de instalación no es gratuita, inclusive es una de las más caras dentro del
municipio, pero tampoco se consiguió atención de su parte. Continuó su camino,
de una manera sorprendente, para este tipo de trabajo en este tipo de lugar.
A tal grado llegó su indiferencia, que los ciudadanos
americanos no entendieron su proceder, a pesar de que hasta el momento no
habían presentado queja alguna formal, el de origen cubano( que es el que podía
comunicarse en español) le reclamó de lejos.
A sus reclamos este empleado se molestó y se
acercó entonces gritándole de una manera intimidatoria ¨…que no le alzara la voz ¨, a pesar de que
los llamados que se le hacían todos eran larga distancia, pues él no se
acercaba mientras demoró la confección del plato del pollo ni durante su
servicio a la mesa próxima.
La violencia que engendró en su
empeño en intimidar provocó la intervención del grupo familiar de una forma
tumultuaria, no llegando a la agresión por obra y gracia de la vida, pues
estuvo muy cerca, con la consecuente realidad que hubiese sido la denuncia
diplomática de la agresión hacia un ciudadano de otro país.
Realmente no ocurrió porque vale
la pena destacar la actitud asumida por
otros trabajadores del local y de la familia del muchacho, que enseguida se
interpuso como escudo, entre el mismo y el gastronómico.
De los trabajadores que
intervinieron no se tiene la más mínima queja, pues en todo momento la persona
que al parecer poseía más rango trató de llamar al orden y la paz de una manera
profesional, que difiere en extremo del dependiente, ya que no hay excusa ni
razón para agredir a un turista de esa manera, ignorando sobre todo las leyes
del mercado turístico en cuanto a que ¨EL CLIENTE SIEMPRE TIENE LA RAZÓN.¨
El trabajador tuvo posibilidad en
todo momento de disfrazar cualquier incapacidad laboral de su parte o del resto
de su colectivo o de cualquier otra cosa afín a su contenido de trabajo.
Inclusive hasta de los mismos clientes si se hubiera dado el caso.
Este dependiente evidentemente no
tiene la capacidad mental que se requiere, ni el nivel cultural que se supone
deba exigirse para cualquier tipo de eventualidad que pueda presentarse en un
momento dado, en circunstancias diferentes, a pesar de que no se ve un
trabajador novato, recién graduado, donde tendría mucho que aprender. Su edad
puede oscilar muy bien en los cuarenta años, donde debe de estar preparado para
lidiar con cualquier circunstancia de trabajo, ya sea suya o ajena.
Estos hechos están siendo
denunciados en este momento con publicidad mundial, con el objetivo de que
otras personas no pasen por lo mismo,
sino se tomaran medidas administrativas con el mismo.
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