“ El legado de
Gandhi ”
La idea de la guerra de clases fue algo que
nunca atrajo a Gandhi. Rechazó por
completo que la explotación del pobre se terminase por la destrucción de unos
cuantos millonarios. Para Mahatma el capital en sí mismo no es un mal. Es algo
necesario.
Su incitación a la lucha pacífica y sin
violencia también conquistó el corazón de Martin Luther King, cuando escogió
también este método en su defensa por los derechos civiles.
El concepto de democracia Gandhiano consiste en
la posibilidad de igualdad de oportunidades sociales. Su énfasis auténtico es
la propuesta de que se logre a través de la no violencia. Y así lo entendió
también para la federación de naciones mundiales. En su discurso declara
vergonzoso la imposición de una conducta hacia la colectividad que afecte la
libertad de conciencia de cada uno. Para esto encontró Mahatma más de un
seguidor en esta teoría de perspectiva.
La Ley y el capricho no son similares en sus
acciones, labores y operaciones. Es un soberano disparate regir a una multitud
y al desenvolvimiento de la misma, con esos objetivos en concreto. Cuando un
individuo actúa contra el dictado de su conciencia debido a la coección de
alguna Ley, esta persona carecerá de voz interior que lo sostenga, guíe y cuide
de su integridad. Ya que la Ley de la minoría no cuenta en materia de
conciencia.
En una democracia, el prejuicio, la ignorancia
y la duda se debaten en el caos
inevitablemente. Porque el individuo en
el liberalismo democrático defiende su libertad, la de su patria y la del
género humano valiéndose de medios exclusivamente pacíficos. “… Nadie pierde su libertad, sino por su
propia debilidad” (Gandhi en su obra El arte de la no violencia).
Otro líder mundial como Nelson Mandela también
abogó por el arte de la no violencia. Dentro de la contemporaneidad política
luchó de igual manera a través de la firme posición de sus ideas.
En Cuba, un parque urbano lleva su nombre, en
una barriada del municipio Playa de Ciudad de la Habana. En la manzana próxima
a la Iglesia de Santa Rita de Acasia. Personificada como la abogada de las
causas imposibles. En él se congregan
cada domingo las integrantes del movimiento cívico femenino cubano conocido
como Las Damas de Blanco. Su alimento espiritual es tomado en la Iglesia de
Santa Rita.
Lo que es válido para las personas, es válido para
las naciones. Aunque Gandhi planteó que el débil nunca puede perdonar,
atribuyendo esto a un atributo de los fuertes, habría que preguntarles a estas
mujeres si algún día podrán hacerlo, a pesar de los tantos maltratos físicos y
espirituales que han sufrido por causa de sus reclamos sociales y personales.
La libertad se conquista con el sacrificio de
la verdad, según la teoría Gandhiana, pero esa verdad en la actual sociedad
cubana no se puede decir que extraiga lo más noble de la humanidad en sus gobernantes,
que envían fuerza superior y militar a maltratar, ultrajar y encarcelar a las
valientes integrantes de este movimiento
femenino, que no tienen más armas que sus propios reclamos y denuncias.
Estos actos y manifestaciones son algo normal
en cualquier país del mundo. El valor espiritual y su legítima defensa a su
libertad de expresión, regulada en Las Naciones Unidas, como derechos humanos, son
las causas que las conducen de manera metódica a la cárcel, por su decisión de
no callar.
Alzar sus voces para disentir de la política
oficial las convierte en delincuentes y mercenarias, según las declaraciones
gubernamentales en sus medios de prensa oficiales.
No obstante, Gandhi y otros hombres profetas de
la humanidad han reconocido su igualdad en cuanto a la validez de su réplicas,
prédicas y llamadas. En su tesis manifestó que si hubiera nacido mujer se
habría revelado contra cualquier opresión, porque para él si la no violencia
fuera la Ley del futuro, el existir perteneciera a la mujer.
norajah353@gmail.com
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