lunes, 5 de enero de 2015

¨ Los Dietrichs cubanos¨

¨ Los Dietrichs cubanos¨
Como líder religioso, pastor y teólogo, Dietrich Bonhoffer concebió ¨El precio de la Gracia¨. Esto no se puede medir cuantitativamente, pero sí en términos de derechos humanos cuando se piensa diferente. Así vivió y murió Dietrich como pastor luterano.
Pero en América Latina, lo que fue la Breslavia de ayer, es posible homologarla como la Cuba de hoy. Donde otros Dietrichs hacen también fila con la resistencia, a través de la mirada evangelista.
A ese movimiento político disidente dentro de las filas del cristianismo que ayer lo integraron Orlando Pellicer, Ernesto cardenal, Camilo Torres, Jerzy Popieluszko, Eduardo ¨lalo¨ Sardiñas y otros, todavía se le unen otros en la contemporaneidad, que enriquecen su existencia con sus ideales y conductas.
El párroco cubano José Conrado, que ofició en la Iglesia Santa Teresita del Niño Jesús en la provincia de Santiago de Cuba, también ha tomado esa opción como vía pacífica para contribuir a los cambios sociales que se necesitan en el país en la actualidad.
En su misión evangelística, se ha opuesto a maltratos y vejaciones que se le han querido realizar a feligreses de su congregación que se expresan con pensamientos contestatarios al sistema de gobierno. Su enfrentamiento valiente a las autoridades ha impedido en muchas ocasiones abusos físicos contra estas personas. Entre ellas: las Damas de Blanco de esa congregación, que son tan lastimadas en todo el país.
Hasta el siglo XX sumaban 20 consagrados a nivel mundial que se decidieron por esta lucha. Hoy suman más.
Pero este fraile cubano actual no ha sido el único. El Pastor protestante  Mario Félix Lleonart ha elegido también como postura evangélica esta opción. Acusado por sus ideas libertarias, a la élite gubernamental le resulta un desafío. No es posible enmarcarlo como un peligro nacional, cuando sus únicas armas son sus conceptos y doctrinas. Sin embargo, sufre las consecuencias de sus prédicas.
Interrogado policialmente, cuando sale o entra de su propio país, y despojado de folletos, discos y publicaciones como si fueran petardos, es observado constantemente por la policía política nacional como un hombre mercenario terrorista. Pero esto no hace que renuncie a su misión como ministro del evangelio.
Aún así, estos no son los únicos Dietrichs cubanos. La organización religiosa Pastores por el Cambio (2010) también ha optado por un evangelismo a favor de los más pobres. Y entre ellos ha tenido una participación activa como rol de género: Marilys Acosta.
Tomar estas posiciones en la Cuba actual, aún que influyan en las relaciones Iglesia-Estado tiene su precio. Como citara Dietrich alguna vez : ¨… cuando Cristo llama a un hombre, le ofrece a venir y a morir¨. Resistir y participar en el cambio social de toda una nación no significa necesariamente sumisión. Estos ministros de Dios no quieren perderse su propia implicación nacional.
El cristianismo sin rebelión no puede ni podrá existir porque las sociedades requieren de desarrollo en todos los órdenes humanos, que se adaptan a las necesidades de los nuevos tiempos. Y colaboradores no ordenados también existen y existirán. Pero del único crimen de que se les podrá acusar es del de disentir del proceso social que se les impone al pueblo. Así fue ejecutado Dietrich en la Alemania nazi.  Su oposición  a formar parte del sistema represor le costó la vida.
La disidencia política desde el cristianismo no pude calificarse de egocéntrica, pues los pobres de cansan de ser pobres cada día. Y se requiere en el caso cubano de una equidad social igualitaria, después de 50 años de justificaciones políticas, que solo han conducido a la destrucción de la productividad nacional.
La Iglesia no llama a una nueva religión, sino a una nueva vida. Pero donde la escasez y la necesidad existan para todos sin lugar a privilegios que inviten a la rebeldía y a la resistencia.
El movimiento teológico disidente Pastores por el Cambio sin dudas marca una etapa, un paradigma y un legado que quedará para la historia venidera como una tendencia Dietriechana para los más jóvenes y  no será en vano.







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